La noche ha traspasado mi cuerpo
dejando en oscuras toda mi alma
en su paso furtiva de rugidos cargada
llevando en sus garras mi corazón palpitante
la noche ah cubierto mis ojos con sombras
dejando sin vida mi cuerpo inocente
cual león de la selva vestido de muerte
llevando voraz su presa entre dientes;
aún palpitante el corazón agoniza
dejando en el suelo teñida de sangre
las huellas profundas de un crimen aberrante.