Los vicios de la vida
la virtud del dolor
dolor del amor
volátiles y eternas
efímeramente eterna
encierran tu nombre
tan lejos como cuerpo decrepito
a punto de ser vaciado de su alma
esta tu cuerpo tan lejos, pero me hace daño,
la ansiedad cruelmente no perdona, no perdona
perfora mi pecho, taladra sin cesar el corazón.
Dos cuerpos quemados por la distancia,
tan lejos… que lo nuestro…
quedó hecho cenizas esperando
que el tiempo reclame su fénix
con su puñal de necesidad clavado en mi, pero no mata
no termina, no termina, le place ver agonizar.